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Al pulsar el botón, el martillo va a por el rival, pero el escudo deja de proteger.
El que consigue darle al rival mientras no está protegido, le hace saltar la cabeza al rival y gana la partida.
Para volver a empezar, hay que bajar la cabeza y colocarla sobre la base. La cabeza encaja con facilidad, y una vez está en la base solo hay que arrastrarla para que vuelva al punto original.
Es una divertida alternativa al piedra, papel y tijeras o juegos similares para decidir entre 2 opciones.
